Comunicado Feminista a la Sociedad Salvadoreña

LAS MUJERES SEGUIMOS ESTANDO SOLAS FRENTE A LA VIOLENCIA

Cotidianamente los periódicos y medios de comunicación televisivos dan cuenta de múltiples hechos criminales que deberían sacudir la conciencia de la ciudadanía, sobre todo de quienes valoramos el bienestar humano sin discriminación, como la finalidad suprema del desarrollo, y que además creemos firmemente que en ninguna sociead se debe practicar violencia ni menosprecio para las mujeres, las niñas y los niños a quienes la sociedad patriarcal ubica en situación de alta vulnerabilidad.

Recientemente a través de los medios se conoció de la violación y vejámenes cometidos en contra de niñas, niños y jóvenes y particularmete de una bebé de 14 meses, prseumiblemente cometidas por evidencias incuestinables por los hombres Pedro Ernesto Rodríguez Abarca de 33 años y Miguel Ángel Cortés de 42 años, quienes la raptaron cuando la infante se encontraba dormida en una hamaca donde habitaba la familia.

Sólo hay que consultar las estadísticas de las organizaciones de mujeres, las del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo Integral de la Niñez y Adolescencia ISNA y las recientes publicadas en los principales rotativos nacionales donde diferentes instituciones muestran estadísticas alarmantes que contabilizan los interminables casos de violencia, y agresiones cometidas contra niñas, niños y mujeres, pero que muchas veces la prensa cubre con sensacionalismo e ignora evidenciar las concepciones machistas de la generalidad de hombres, que consideran que las mujeres, las niñas y los menores son seres inferiores y usables, objeto de su complacencia.

La respuesta de las instancias y el interés público se centran en las conductas de las víctimas y en buscar la responsabilidad de estas, mientras que a los agresores se les exime de su responsabilidad omitiendo que es en ellos en quienes debe centrarse la mirada, basta observar la vida cotidiana en donde cualquier varón se siente con libertad de agredir diversas la integridad física y moral de las mujeres, niñas y niños. Los hechos de violencia en contra de las mujeres se han llegado a ver como algo cotidiano y "natural", al extremo de culpabilizar a las víctimas haciéndolas responsables por las conductas inmorales e inhumnas de muchos agresores.

En un sondeo a nivle nacional realizado por Las Dignas en el marco de estos 4 años de gobierno del Presidente Saca, a pesar de que el 36.05% de las encuestadas opinan que la violencia contra las mujeres a disminuido, hay un 63.95% que considera que esta ha empeorado o sigue igual. El 74.76% de salvadoreñas cree que se ha incrementado la muerte violenta de las mujeres porque no se investiga a los criminales, que no se aplican leyes que defienden los derechos de las mujeres y porque no se castiga a los responsables.

Los hombre sustentan su poder en la fuerza, la que puede ser física, política, sexual, económica, militar, religiosa, filosófica, y hasta científica; en este tipo de sociedad las valoraciones privilegian a las personas que ostentan cualquier tipo de poder incluso el más denigrante la fuerza bruta que somete a la violencia. En el caso de las mujeres cuando son violentadas se aducen argumentos insconsistentes para defender al violador, se discute sobre la vida sexual de la víctima su situación personal y hasta la vestimenta que usa, para "justificar" que es ella la que "provoca" su violación, dejándola como la única responsable de lo sucedido.

Si este es el tipo de razonamiento que prevalece en nuestra sociedad es evidente que las mujeres, las niñas y lo niños son las víctimas más fáciles de asesinatos, violaciones golpizas y todo tipo de vejámenes que agreden su integridad personal.

La violencia en contra de las mujeres, las niñas y los niñoas es una problemática que debería ocupar un espacio prioritario en la agenda política y nacional. Hay que restablecer valores que conduzcan a la sociedad a respetarnos por niestra condición de seres humanos y humanas, valores que regulen la colectividad sin estar mediados por prejuicios que miren la diferencia sexual como motivo de valoración, nadie por ser diferente debería ser mejor o peor.

Tampoco es valido pretender que se da una respuesta a las víctimas cuando hacemos uso del asistencialismo o de respuestas mediáticas que no solo resuelven de manera integral la problemática sino que además atropellan la dignidad de las víctimas y dejan en impunidad los crímenes cometidos.

Estratégicamente se debría orientar constantemente toda la educación en todos los niveles, hacia valores que sitúen a los seres humanos con el valor que como tales les corresponden sin distinción de ninguna clase, esto es prioritario para el progreso de nuestra sociedad.

Como medidan prácticas, el Estado deber garantizar que hechos como el que motiva estas reflexiones no queden sin castigo, pues al no ser sancionados los hechos de violencia en contra de las mujeres, las niñas y los niños, se manda un mensaje de permisividad a los victimarios, quienes seguirán violentadno los más elementales derechos de las mujeres, niñas y niños.

Las instancias idóneas deben ser sumamente diligentes para que hechos tan denigrantes y bestiales no queden impunes, como las muchas Katyas Miranda que aún no ven justicia para sus crímenes.

POR TODO LO ANTERIOR LAS MUJERES SALVADOREÑAS CONTINUAMOS EXIGIENDO JUSTICIA Y NO MÁS IMPUNIDAD.

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